domingo, 22 de agosto de 2010

Duelo.




Ay Amelia, sé que es tan poco probable de que puedas leer estas palabras.
Lamentablemente mi método siempre ha sido éste.

Aún te siento cerca. No hago más que pensar que simplemente te fuiste de viaje a algún lugar y regresarás en unos días.
Como siempre fue.
Pero sé que esta vez no es así.

Quisiera que estuvieses horita en la sala viendo televisión como siempre. Haciéndome compañía mientras estoy en la computadora.

Pero eso no va a suceder.
Así como ya no podré escuchar de nuevo un '¿Cómo me le va?' cuando llegue a mi casa.
Sin embargo, lucharé para conservar esa frase fresca en mi memoria.
Para que los ecos no desaparezcan y sea capaz de llevar el exacto sonido de tu voz conmigo.

Hoy te me fuiste Amelia.
Y no es el tiempo en que no has estado con nosotros el que hace que te extrañe intensamente, si no el tiempo en el que no lo estarás.

La verdad sí, me harás mucha falta.
Extrañaré tus tortas que tanto me alegraban las meriendas.
Tus desayunos que me salvaban el hambre en las mañanas.
Tus comentarios y anécdotas.

Sé que es muy común resaltar sólo las cosas buenas cuando alguien se va.
Pero es que nunca conseguí algo malo en ti.

Siempre confiabas en mi.
Siempre me defendías.
Incluso me piropeabas al verme vestirme para salir.

Hace unos pocos días me dijiste que me querías adoptar Amelia.
Dijiste que yo sería un hijo perfecto.
Como lamento no haberte dicho que tú eras, eres y serás una tremenda madre.
Quiero que lo sepas ahora.

Por un lado me siento bien.
Porque estoy al tanto del mar de preocupaciones que tenías encima.
Ahora podrás descansar.
Ahora estarás mejor.
Y aunque ya no estés 'aquí' haré lo que pueda para llevarte conmigo.


Gracias por la atención que me brindaste, que era más grande de la que merecía.
Gracias por cada charla casual que me hizo reflexionar sobre muchas cosas.
Por demostrarme de que aunque no compartíamos sangre, igual éramos familia.
Gracias por haber sido esa abuela paterna que no pude tener cuando niño.

Gracias Amelia,
por haber estado aqui cuando todos te necesitábamos,
cuando yo te necesité.

Ahora, simplemente descansa.


"Y como un ángel estarás, observándome desde el cielo"

Tu nieto e hijo adoptado.
Reinaldo.

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